13- EN LA FRONTERA DE LA CIENCIA Y EL ESOTERISMO

LOS SÍMBOLOS PUEDEN MOVER ENERGÍAS

Desde los más remotos tiempos los hombres han acudido a símbolos gráficos, ya sea trazados en piedra, en madera, en el suelo, en el aire y también dibujados en la mente. Algunos científicos creen que las pinturas de las cavernas, como las de Altamira y Cromagnon, por ejemplo, eran una forma de magia simpática, o sea mediante el dibujo de animales se pretendía atraer a estos con el fin de cazarlos. Es muy difícil comprobar esa teoría, pero los estudiosos se basan en que muchos pueblos de hoy, mal llamados primitivos, usan el mismo método.
En toda la historia se han usado los símbolos en amuletos, en las puertas de las casas, en tatuajes y muchas otras maneras, siempre con la idea de un cierto poder que contienen esos dibujos, esas formas. Eran considerados positivos o negativos según se los trazara. Viene a cuento el señalar que el símbolo que eligió Hitler, la Esvástica, es muy antiguo, pero tenía los brazos en dirección opuesta a como él los utilizó. Muchos creen que el resultado de toda la política de Hitler fue desastrosa por haber trazado mal ese símbolo.
Hay gente que considera que se puede curar a distancia, mediante símbolos, como por ejemplo, los tibetanos mediante mandalas. Aquí entre nosotros, personas que nada tienen aparentemente de “primitivas”, como por ejemplo los que practican Reiki, sostienen que mediante determinados símbolos se puede enviar cierta energía a distancia para curar a una persona.
Con el tema de los símbolos y la energía estamos ante un hecho misterioso, esotérico, que desafía totalmente la ciencia oficial. Hoy por suerte, muchos científicos independientes están avanzando en esos campos.
El tema de la energía siempre escurridizo y misterioso quedó fijado durante más de dos mil años en el enfoque de Aristóteles. Hoy todo esto se ha trastornado en base a las últimas investigaciones científicas. Muchos creen que estas investigaciones podrían hacer redimensionar el concepto de realidad, lo que literalmente pondría patas arriba las bases mismas de todos los principios académicos. Ahora es como si se hubiesen acercado el esoterismo y la física cuántica. Ambas se plantean la existencia de una fuente infinita de energías diferentes. Algunas cumplirían funciones específicas y concretas, muchísimas otras serían actualmente desconocidas.
El secreto para que un símbolo funcione estaría en poder sintonizarse con una frecuencia, una onda, o canal, como se le quiera llamar, de una energía determinada la cual se la podría dirigir hacia un fin específico.
Aquí es conveniente regresar al enfoque esotérico de Hermes Trimegisto: “todo es mente”. Esto se puede considerar de varias maneras, una que la materia sería una forma más densa de la mente como una vibración distinta; otra que la materia sería una apariencia; o que la mente no está dentro de la materia, sino a la inversa, son los objetos los que están dentro de la mente.
Esto nos lleva a considerar también el tema de las formas, las cuales sin lugar a dudas, tienen un cierto poder en sí mismas, no importa el material con el que se presenten a nuestros sentidos. Pueden ser de metal, de madera, de plástico, etc. y el resultado sería el mismo, por ejemplo, la pirámide con las proporciones exactas de la de Keops en Egipto. Poniendo a la altura de la cámara del rey una hoja de afeitar desafilada, se afila sola, si se coloca el cadáver de algún animal este no se descompone y se momifica. Esto llevó a que ciertas firmas utilizaran embases en forma piramidal con el fin de conservar su contenido, por ejemplo, leche. La piramidología hoy ya es casi una ciencia para sus adeptos, tienen una gran cantidad de experiencias realizadas: animales que crecen más grandes, plantas más saludables, estados de consciencia diferente en sujetos que meditan en ella, etc.
De modo que tenemos por un lado el tema de las formas, independiente de la materia y por otra parte el símbolo, que según los esoteristas es como un lenguaje, una herramienta, para la mente intelectual superior. Dicho en forma más científica, el significado solo lo capta el hemisferio derecho y el izquierdo solo se limitaría a describir lo que es un símbolo en forma intelectual. Hay que destacar que el hemisferio izquierdo a veces hace de tapón, de muro, para la aparición del significado que puede estar en el hemisferio derecho. La persona racionalista, en especial escéptica, bloquea la entrada de esa significación. En cambio, cuando se activa el hemisferio derecho, lo cual se puede lograr mediante las prácticas de meditación y ejercicios afines, no solo se activa el derecho sino se potencia al izquierdo. Cabe agregar que el significado sería un poder en si mismo. Demás está decir que de acuerdo a esto, quien alcanza un significado superior, logra juntamente un poder superior.
Llegado a este punto nos encontramos con un campo inexplorado todavía por la ciencia: el poder de los símbolos; la función que estos cumplen en relación a la actividad del hemisferio derecho; y a lo que se ha dado en llamar el inconsciente, termino éste que cada día resulta más equívoco porque ese ente parece ser más consciente que el que usamos durante la vigilia. Cabe mencionar que cuando se lo descubre en la época de Freud se lo denominó, en alemán, “wumderwust”, que quiere decir “desconocido”.
Ampliaremos este tema en próximos artículos.