9- EL AUGE DEL ESPIRITISMO EN EUROPA

COMIENZO DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

En Inglaterra fueron notables los fenómenos del médium Daniel Douglas Home (foto), quien ante grupos de científicos, entre ellos William Crookes, premio novel de física, logró levitar su cuerpo, escribir con una tiza en el techo y salir flotando por una ventana de un tercer piso y entrar luego por otra.
Por la mima época, sesenta científicos se reunieron con el fin de hacerle un “acta de defunción” a esos fenómenos, a los cuales creían formaban parte de una histeria colectiva. Treinta de los mismos, declararon que los fenómenos eran reales y éstos decidieron fundar la Sociedad de Estudios Psíquicos de Londres.
La primera investigación versó sobre la existencia de los fantasmas. Las apariciones de tipo físico fueron contundentes. Se comprobó que eran auténticamente reales. Entre las más notables apariciones se cuenta la de Katie King, fantasma femenino que surgía del cuerpo de la médium Florence Cook en presencia de los investigadores y en una sala preparada por ellos. Llamaron “ectoplasma” a la sustancia que salía de la médium y con la cual se formaba luego el cuerpo del fantasma, incluida su ropa, calzado, etc. Este fantasma era muy bello, hablaba con una voz muy dulce emitiendo un mensaje espiritualista, de advertencia para la humanidad, era tal el carisma y magnetismo que emanaba de ella que William Crookes terminó por enamorarse.
Ha este fantasma se lo podía tocar, fotografiar, medir el pulso y hacer soplar a través de un tubo sobre una sustancia química para verificar las reacciones del oxígeno, se le cortaron trozos de cabello y de su vestido que se conservan aun hoy en una vitrina de la sede de esa institución.
Otra extraordinaria médium resultó ser Eusapia Paladino (foto), una humilde lavandera, que en estado de trance producía toda clase de fenómenos, entre ellos algo casi increíble, manos sueltas de carne y hueso que tomaban objetos y los cambiaban de lugar.
En Francia, Federico Guillermo Myers fundó el Instituto Metapsíquico de París y donde investigó a Sneider, un gran médium, que entre otros hechos notables logró con su mente hacer un nudo en un pañuelo que estaba sobre una mesa a cierta distancia. El fenómeno fue controlado por un grupo de científicos que sostenían al médium de pies y manos mientras este estaba metido en un traje enterizo y amarrado a una silla. Por primera vez, se aplicaron los rayos infrarrojos, que en todas direcciones barrían la mesa donde estaba el pañuelo, con el fin de detectar algún truco. El experimento resultó limpio y contundente como prueba de lo que hoy se llamaría un fenómeno de psicoquinesis.